Hay un mundo paralelo, sí, sí. No era suficiente con los vascos y los catalanes, que ahora también esto. De repente veo a mi abuela con las cabras allá en el monte y una MacBook en la falda,
jujleando canciones de Jorge Negrete.
Los dejo, me entraron unas ganas tremendas de bailar la jota.
: )
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