abril 26, 2007

Cómo, cuándo, por qué

¿Cuándo es que uno lo sabe?

Alguien me dice que nunca tuvo amores imposibles. Que sólo se enamoró de quienes empezaron por quererla a ella. Es una verdadera suerte, tener un corazón que se va a adaptando a las circunstancias.

Alguien me dice que un día, después de un tiempo, simplemente lo supo. Que algo cambió de golpe, como activar un interruptor cerebral, como un sartenazo en el alma.

Sé de quiénes elaboran complejas analogías gastronómicas y postulan teorías respecto de cómo una milanesa puede tornar pato a la naranja con paciencia y un poco de empeño.

Otros me dicen que lo de ellos fue absolutamente natural, que a cada paso las cosas fueron sucediendo exactamente cuando y cómo debían, que el orden cósmico se rompería si ellos no estuvieran juntos.


Otro/as más salen en serie, fuman sin filtro potenciales parejas, flings, citas no muy citables, para concluir luego que no se conforman con ninguna.

Hay quien cruza el mundo entero en busca de un perfume.

Hay quien, no sin resignación, acepta su mano en esta partida.

Hay quien teme no llegar a saberlo nunca.