Mr. Y: El festejo del día de san valentín... son los yanquis que nos quieren colonizar... aparte me enteré que estuvo impulsado por la iglesia... son los festejos del enemigo.
No sé por qué, pero de repente veo a mi amigo Y. con un pasamontañas acuchillando ositos de peluche y pintando en las paredes "Patria sí, Papa Noel, no".
marzo 04, 2008
marzo 02, 2008
febrero 26, 2008
No me esperen despiertos

Este blog cierra temporariamente por exámenes. No me extrañen, blogs como este hay a montones. (Bueno, no, no hay muchos blogs que posteen un promedio de dos veces al mes y aún así no cierren, tengan por autora (¿autriz?) a la persona más cascarrabias del planeta y cuente con un sólido (¿obstinado?) público de cuatro lectores en total. O sí, pero no ponen dibujitos tan lindos).
Pero por ser unos lectores tan fieles y tan maravillosos, mientras esperan les dejo un regalito. Algo que vi la semana pasada. Todo un racimo de estrellas. Enjoy!
Originalidad
Srta O: Me di cuenta de que mi chico y yo nunca jugamos con comida. Pero es que él no me deja.
M.: Qué pasa, estuviste viendo 9 semanas y media? Por qué no te deja? Qué le querés untar?
Srta O: Salsa bolognesa.
M.: Qué pasa, estuviste viendo 9 semanas y media? Por qué no te deja? Qué le querés untar?
Srta O: Salsa bolognesa.
febrero 22, 2008
Ohhhmmmm
Tengo este defecto: cuando se me ocurre el remate perfecto para una discusión, la estocada justa para aquél que está diciendo alguna estupidez, no sé quedarme callada.
Como cuando me echaron de mi clase de yoga. No me miren así, che, yo no me como a los swamis crudos. Todavía. O se creen que estos tipos son todos buenos. El cuento ese del nirvana, la paz, el amor y todos esos sustantivos abstractos que vienen en las tarjetas navideñas, no los convierte en seres suprahumanos ni nada que se le parezca, son tan turros como el que más. No se engañen.
Mi instructora, una viejecita que parecía que no mataba a una mosca, una buda-abuela de mantitas de crochet y pantuflas, antes de la clase siempre nos daba algún consejito basado en una supuesta filosofía oriental, muy elástica por cierto, en la que cabían desde Sai Baba a las curaciones con té de coriandro (¿?).
Una tarde invitó a una de las tontas de la primera fila -que creían a pie juntillas en la filosofía de la abuela- a que leyera no sé qué texto acerca del karma o dharma o shawarma -whatever- de el Buen Yogui (el primero que me hace el chiste tonto de que si la clase era en el Parque Yellowstone se me retira del blog inmediatamente).
La tonta pasa al frente, y lee.
- Qué haría un buen ssshhogui? Si commmtempla a una serrrgpiente a punto de comer a un ninno, ¿debe matarrr a la serpiente? ¿Se convertirá emmmtonshesh en um asesino? ¿Qué hacer?
Acabar con la sociedad burguesa, y decapitar al maldito zar, claro está. Perdón, perdón, ya vuelvo.
- Deberá el ssshogui dejar que la serpiente se apodere del ninnio? O convertirse en un asshesshino? Pero si el corazómmm del shogui está libre de la voluntad de matar, se convertirá en un asshesshino? No, porque emmmtonshesshh estaría protegiemmmdo a una forma de vida shuperior.
- Este... -voz interior: callate, callate, callate, a nadie le importa!- ese es el mismo argumento que usan los terroristas árabes/vascos/chechenos para volar micros y guardias civiles.
Será posible que no puedas cerrar la boca.
La abuela me miró con un odio tántrico.
-Bueno, aquí no juzgamos a nadie. Inspiración profunda y... Ohhhhmmmmmmmm.
Joder con la abuela.
A la salida de la clase, la abuela, más alta y grandota y amenazante que yo, que no soy ninguna enana, me frena y me dice:
- Si no te gusta, no tenés por qué venir.
Puta. Justo había pagado el mes entero. Le digo que me hace bien la gimnasia, pero mal la filosofía.
Voy a una clase más, en la que la buda-abuela trata de ser amable conmigo, pero me siento como la alumnita con capacidades especiales que requiere tratamiento diferencial y no quiero. No vuelvo más.
Como decía Elvira Lindo: a mi, de las filosofías orientales, sólo me gusta el sushi.
Como cuando me echaron de mi clase de yoga. No me miren así, che, yo no me como a los swamis crudos. Todavía. O se creen que estos tipos son todos buenos. El cuento ese del nirvana, la paz, el amor y todos esos sustantivos abstractos que vienen en las tarjetas navideñas, no los convierte en seres suprahumanos ni nada que se le parezca, son tan turros como el que más. No se engañen.
Mi instructora, una viejecita que parecía que no mataba a una mosca, una buda-abuela de mantitas de crochet y pantuflas, antes de la clase siempre nos daba algún consejito basado en una supuesta filosofía oriental, muy elástica por cierto, en la que cabían desde Sai Baba a las curaciones con té de coriandro (¿?).
Una tarde invitó a una de las tontas de la primera fila -que creían a pie juntillas en la filosofía de la abuela- a que leyera no sé qué texto acerca del karma o dharma o shawarma -whatever- de el Buen Yogui (el primero que me hace el chiste tonto de que si la clase era en el Parque Yellowstone se me retira del blog inmediatamente).
La tonta pasa al frente, y lee.
- Qué haría un buen ssshhogui? Si commmtempla a una serrrgpiente a punto de comer a un ninno, ¿debe matarrr a la serpiente? ¿Se convertirá emmmtonshesh en um asesino? ¿Qué hacer?
Acabar con la sociedad burguesa, y decapitar al maldito zar, claro está. Perdón, perdón, ya vuelvo.
- Deberá el ssshogui dejar que la serpiente se apodere del ninnio? O convertirse en un asshesshino? Pero si el corazómmm del shogui está libre de la voluntad de matar, se convertirá en un asshesshino? No, porque emmmtonshesshh estaría protegiemmmdo a una forma de vida shuperior.
- Este... -voz interior: callate, callate, callate, a nadie le importa!- ese es el mismo argumento que usan los terroristas árabes/vascos/chechenos para volar micros y guardias civiles.
Será posible que no puedas cerrar la boca.
La abuela me miró con un odio tántrico.
-Bueno, aquí no juzgamos a nadie. Inspiración profunda y... Ohhhhmmmmmmmm.
Joder con la abuela.
A la salida de la clase, la abuela, más alta y grandota y amenazante que yo, que no soy ninguna enana, me frena y me dice:
- Si no te gusta, no tenés por qué venir.
Puta. Justo había pagado el mes entero. Le digo que me hace bien la gimnasia, pero mal la filosofía.
Voy a una clase más, en la que la buda-abuela trata de ser amable conmigo, pero me siento como la alumnita con capacidades especiales que requiere tratamiento diferencial y no quiero. No vuelvo más.
Como decía Elvira Lindo: a mi, de las filosofías orientales, sólo me gusta el sushi.
febrero 20, 2008
Es lo que hay
M: Saldrías con alguien que escribe "barvaro"?
F: Ya salí con alguien que escribía "vueno".
Y vueno, beremos.
F: Ya salí con alguien que escribía "vueno".
Y vueno, beremos.
febrero 16, 2008
Horror femenino
Se dieron cuenta de que en los baños públicos que tienen piso de porcellanato se refleja la imágen del meante del cubículo de al lado?
Qué espanto!
Nota mental: nunca más ir a un baño en un shopping.
Qué espanto!
Nota mental: nunca más ir a un baño en un shopping.
febrero 13, 2008
Sin edulcorante para mi, gracias
Ok, voy a caer en lo más bajo del mundo bloguístico, que es comentar las boludeces que circulan por el ciberespacio. No todos podemos tener vidas fascinantes y llenas de acontecimientos memorables, pero por lo menos no me dirán que invento. No. En este blog nos gusta el realismo puro y duro.

Maten a todas esas Susanitas enfundadas en corazones ahí afuera.

Maten a todas esas Susanitas enfundadas en corazones ahí afuera.
febrero 12, 2008
Airiños, airiños, aires...
febrero 09, 2008
Inquietudes existenciales
Por qué la gente que no le saca el biiiiiip biiiiip ese de las teclas a los celulares es la que escribe mensajes de texto de no menos de 58 líneas? No es evidente que existen reglas de etiqueta también para esas cosas?
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