marzo 18, 2008

Miscelánea malhumorada


N. de la R.: Este post fue escrito al comienzo de la primavera,
de ahí el punto 3. Fue censurado, calificado de exceso de mala leche, en su
momento. Hoy no sé por qué, me cae simpático devuelta. Se ve que es cíclico. Lo
de la mala leche, digo.


1) Es neeesario andar besuqueándose y haciendo ruidos obscenos en el subte a las 8 AM? (Bueno, está bien 8:50, se me hizo un poco tarde) Yo no quiero asistir a mohines porno sin pantalla de por medio, y menos a una distancia menor a cinco centímetros de mi persona. Una cosa es ser liberales y otra, maleducados.


2) Brasil. Estoy harta de escuchar hablar bien de Brasil. De lo progre que es Brasil. De la sólida burguesía nacional. Del clima. De a praia. De lo easygoing que son con el sexo. De que San Pablo es el centro latinoamericano de no se qué cosa. Pero tilingos, vivir, viven todos acá, ¿eh? Mátense. No aguantarían ni tres semanas el sheke sheke bum piiiip piiiiip de a fudida samba, y si una incursión al segundo cordón les da un ataque de blumberguismo, ¿qué tal una vueltita al pie del morro, ahí nomás de la favela?


3) Ah, la primavera, la primavera! El melodioso canto de los cardenales... los tilos en flor... el escozor de los estornudos alérgicos... el dulce aroma a marihuana en el patio de la facultad... Qué estación maravillosa. Nuestro pequeño Julien Sorel versión PyME -el autor de la teoría gastronómica del enamoramiento- ha sido abducido por su Mlle de La Môle vernácula y ha cortado todas las comunicaciones con el resto del mundo. Que se vaya al cuerno. Después, cuando le metan los ídem, a llorar a la iglesia. A mi, la primavera me pone así.

1 comentario:

Pillow_of_Winds dijo...

Lo único que puede decir al respecto, es que en brazil me he sentido tan bien conmigo misma, como en ningún lado.

Ja.

Irrebatible.

Saludos!