noviembre 13, 2010

Encontrar la salida de este gris laberinto

Yo no quise ser una chica Almodóvar. O sí. Lo que yo quería era un Madrid en colores primarios y sol. Un Buenos Aires, en mi caso. Tacones y affairs. Quería balcones terraza, gazpacho, taxistas pop, aventuras, amour fou, personalidad. Pero no los boleros. Nadie sabe cuánto duelen los boleros, hasta la propia vida se convierte en uno. Ah, qué poco originales somos. Es la misma canción siempre.



En el fondo todos lo sabemos: las vidas felices no hacen buenas historias. La gente que no cree en la literatura es tanto, pero tanto más felíz.

No hay comentarios: